Para las empresas europeas y españolas operar en Cuba presenta muchos atractivos y algunos inconvenientes, habida cuenta de una economía estatalizada cuya apertura se torna compleja por la búsqueda de un modelo socio-económico autóctono, que no renuncie o deteriore los logros de la Revolución.
La economía cubana busca en los últimos años el equilibrio presupuestario y la suficiencia financiera para sortear sus dificultades cíclicas: como las demoras en los pagos y las trabas y la burocratización de las decisiones comerciales y económicas, que cubren de opacidad algunas operaciones que, en ciertos supuestos, se pueden calificar de arbitrarias. Por otro lado, Cuba representa un mercado interesante para las empresas europeas y españolas porque ha emprendido el camino de la seguridad jurídica, con la Ley 118 de la Inversión Extranjera, de marzo de 2014, y cuenta con una economía diversificada, unos recursos humanos muy cualificados y competitivos. Y una población que se sostiene en torno a los 11’5 millones de habitantes. También es, con toda probabilidad, el país más seguro del hemisferio en cuanto a la seguridad física, que no representa un riesgo para directivos o ejecutivos de empresas extranjeras.
Con estas fortalezas y reforzando las debilidades que nos ha desvelado el trabajo intenso a lo largo de más de un sexenio en la Isla, ICP Consulting ha desarrollado líneas de proyectos en Cuba en materia de inversiones, venta de material industrial y de laboratorio, sanidad, turismo o cultura.